He aquí el elemento sintetizador por antonomasia, el haiku. Estos son poemas breves de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Me recuerda, en parte, sino fuese porque tiene una finalidad ética y moral menos degradante, a la labor de un copywriter publicitario. Claro está, la diferencia es que el verdadero arte agota su finalidad en sí mismo y no en el bolsillo de los contribuyentes corporativos.
Aquí viene mi zambullida en el arte japonés pre-tokugaico
Vivió su vida
Soñando levantado
Murió tumbado
Ojos azules
Rehúyen cementerios,
Eterno agobio
Tortuga sedienta
Caparazón desalojado
Sonrisa felina
Las parcas tejen
Sombras languideciendo
Zapatos de nadie
lunes, 18 de mayo de 2009
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